Polonia en Chile

Como herederos de la República de las Dos Naciones, pronto celebraremos el 230º aniversario de la aprobación de la Ley de Gobierno, la primera constitución escrita de Europa.

Este acto histórico no fue el resultado de una revolución sangrienta. La Constitución tampoco estableció un nuevo Estado, sino que anunció profundas reformas en el espíritu republicano de libertad y responsabilidad. Su preámbulo subraya que todo el poder proviene del pueblo. Introdujo un gobierno tripartito y se concedió protección legal no sólo a la nobleza, sino también a la gente del pueblo y campesinos.

La Constitución del 3 de Mayo fue una referencia creativa al acto de fundación del Estado común polaco-lituano, la Unión de Lublin (1569), nacida de la decisión visionaria del Rey de Polonia y el Gran Duque de Lituania, Segismundo II August.

Lamentablemente, las reformas consagradas en la Constitución no se han aplicado. Fueron frustrados por las decisiones de los déspotas sentados en los tronos de Rusia y Prusia. Sin embargo, el recuerdo vivo de ella permaneció y su mito dio fuerza en la lucha por recuperar la independencia. A la sombra de este mito y del espíritu de la herencia de la República de las Dos Naciones, Stanisław Moniuszko escribió una maravillosa ópera, a la que le invitamos cordialmente a ver y escuchar.

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