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Regreso

230º aniversario de la proclamación de la Constitución del 3 de Mayo

03.05.2021

Cuando el 3 de mayo de 1791, el Sejm de los Cuatro Años (el Gran Sejm) proclamó la Ley de Gobierno de la Mancomunidad Polaco-Lituana, conocida como la Constitución del 3 de Mayo, el estado polaco-lituano se convirtió en el primer país de Europa y el segundo en el mundo en adoptar una ley fundamental. Para aquellos tiempos, fue un acto legal progresista y audaz que dio inicio a una serie de reformas. También constituyó el momento cumbre de los centenarios lazos entre Polonia y Lituania.

3Mayo2021

Hoy, al celebrar el 230º aniversario de la proclamación de la Constitución del 3 de Mayo por el último rey polaco y gran duque de Lituania, Stanisław August Poniatowski, vale la pena recordar que fue esta la que introdujo, entre otras cosas, la división tripartita del poder y la modificación del sistema estatal existente hasta ese entonces, mediante el establecimiento de la igualdad parcial de derechos para los habitantes de la República de Polonia. También fue una expresión de la voluntad de defender la independencia después de la Primera Partición por Austria, Prusia y Rusia en 1772.

La Constitución del 3 de Mayo, junto al Compromiso Mutuo de la Mancomunidad Polaco-Lituana que la complementaba y que había sido adoptado por el Gran Sejm el 20 de octubre de 1791, confirmó también una unión más estrecha entre las naciones polaca y lituana. La ley aseguró, entre otras cosas, la paridad de representación 1 a 1 en la ocupación de los cargos estatales compartidos por polacos y lituanos. Podemos decir con orgullo que los líderes de ambas naciones y estados, a pesar de todas sus diferencias, pudieron actuar conjuntamente de forma efectiva en momentos de una prueba determinante para su existencia. Este ejemplo inspira hasta nuestros días la cooperación y amistad entre Varsovia y Vilna.

Lamentablemente, los ambiciosos planes de reforma que se pretendía implementar con base en las disposiciones de la nueva ley fundamental, se vieron frustrados por la intervención militar de las tropas rusas en 1792. Como acto jurídico, la Constitución del 3 de Mayo cesó su vigencia en noviembre de 1793 en virtud de la resolución del sejm convocado bajo los dictados de Rusia y Prusia en Grodno. En este mismo año, ambos países llevaron a cabo la Segunda Partición de la República.

Finalmente, el estado polaco-lituano desapareció del mapa de Europa durante más de 120 años después de la Tercera Partición en 1795, con la participación de Austria, Prusia y Rusia. Este acto, contrario a todas las reglas del derecho internacional, solo fue cancelado después de la Primera Guerra Mundial, cuando en 1918, Polonia y Lituania recuperaron su independencia como dos estados soberanos.

Después que Polonia recuperara su independencia, el aniversario de la proclamación de la Constitución del 3 de Mayo fue celebrada como día de fiesta a partir de 1919. Durante la ocupación alemana y soviética durante la Segunda Guerra Mundial, como en la época de los gobiernos comunistas en Polonia, cuando el día de fiesta fue suprimido, la mayoría de los polacos aún consideraban el 3 de mayo como un día festivo. En la República de Polonia soberana, celebramos el Festivo Nacional del 3 Mayo desde 1990.

La Constitución del 3 de Mayo y el Compromiso Mutuo de la Mancomunidad Polaco-Lituana son uno de los elementos esenciales de la larga herencia en las relaciones polaco-lituanas. Su adopción es una de las bases de la cooperación actual entre nuestros países en el foro de la Unión Europea y la OTAN.

Además del pasado común, las Polonia y Lituania de hoy están unidas por innumerables proyectos conjuntos de energía y transporte que sirven a toda Europa, así como por esfuerzos conjuntos para fortalecer la seguridad en el mundo, especialmente en la región.

Evocando el patrimonio común de la Mancomunidad Polaco-Lituana, nuestros dos países apoyan a nuestros vecinos: Ucrania, que hoy vela por su soberanía e integridad territorial en su lucha contra la agresión y ocupación rusas, y la nación bielorrusa, que merece libertad y democracia en un estado independiente.

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