Polonia en Colombia

Polonia hizo una contribución innegable a la victoria sobre Hitler: el Ejército Polaco fue el octavo ejército más numeroso de las fuerzas aliadas; nuestros soldados lucharon en todos los frentes de esta guerra: defendiendo a Polonia en 1939, combatiendo en Narvik, en Francia y en la Batalla de Inglaterra en 1940, en África en los años 1941-1942, en el frente oriental desde 1943, en Montecassino, Ancona, Falaise y Arnhem en 1944, en la liberación de Bolonia y en la captura de Berlín en 1945. Y ya en los años treinta del siglo XX los matemáticos polacos habían roto el código Enigma, lo que permitió que la inteligencia aliada siguiera los movimientos alemanes.

El Estado polaco nunca capituló. El Gobierno continuó su actividad en el exilio y en el país a través de las estructuras del Estado Clandestino que organizó la lucha armada y el apoyo de inteligencia para los aliados (incluida la obtención de documentación para los cohetes V1 y V2). La vida política estaba en marcha, la educación secreta estaba activa y el poder judicial funcionaba. El Estado Clandestino polaco se ocupó de ciudadanos perseguidos, incluidos los judíos, e informó al mundo libre sobre el Holocausto.

El precio de la lucha incansable contra Alemania fue la muerte de casi 6 millones de ciudadanos, incluidos unos 3 millones de judíos polacos. Las pérdidas materiales se estiman en 860 mil millones de dólares. Un 40% de los bienes culturales fue destruido o robado y el territorio polaco reducido en un 20%.

 

La victoria sobre el totalitarismo alemán no trajo la libertad anhelada a Europa Central y Oriental, incluida Polonia. Quedó separada del mundo democrático por una “cortina de hierro” y permaneció bajo el dominio de la Unión Soviética hasta 1989.