Polonia en Cuba

Camino limpio a un nuevo modelo de globalización: tiempo para el realismo europeo 5G

 

Este año pasará a la historia como un momento de gran lucha y consecuencia. Nuestra lucha contra la pandemia es un esfuerzo humano épico, pero tenemos que prepararnos para una batalla aún más importante en los próximos meses, sobre la forma de nuestra economía post-Covid.

 

Casi todos los gobiernos están de acuerdo en que es necesario impulsar el desarrollo, salvar a nuestros ciudadanos del desempleo y rescatar a las empresas de la bancarrota con un estímulo económico. Pero las medidas para combatir la recesión también deben tener en cuenta la preocupación a largo plazo de evitar la repetición de la dependencia económica de socios poco confiables.

 

La pandemia nos ha hecho dolorosamente conscientes de cuán crucial es tener nuestras propias líneas de producción seguras para productos farmacéuticos, equipos médicos y laboratorios. Lo mismo ocurre con las decisiones 5G. Ignorar la necesidad de asegurar nuestra tecnología crítica sería un error por el cual los europeos pagarían un precio considerable.

 

La seguridad nacional debe ser la parte integral de nuestro pensamiento sobre la globalización. Nadie quiere construir nuevos muros entre las naciones, pero también vemos que la globalización libre de control democrático puede tener consecuencias peligrosas. Hoy, nuestro mundo globalizado se enfrenta a una influencia indebida de las naciones autoritarias, a expensas de Europa.

 

La conciencia de las imperfecciones del mundo no debe alejarnos de un mundo interconectado, sino más bien motivarnos a hacerlo mejor y más libre. La respuesta a estos peligros es un mundo globalizado democráticamente controlado y socialmente responsable, que responda a los requisitos de la soberanía y seguridad de Europa.

 

En la UE, nuestra prosperidad y nuestro lugar en el sistema global de la cadena de suministro dependerán en gran medida de la infraestructura moderna de telecomunicaciones. Así como el motor del automóvil cambió la forma en que las personas se movían en el siglo XX, la red 5G cambiará el movimiento de información crítica en nuestra sociedad. La transmisión de datos con banda ancha móvil mejorada, comunicaciones de baja latencia ultra confiables y la capacidad de conectar múltiples dispositivos acelerará el funcionamiento de la comunicación, y la economía en general, en un grado incomparable.

 

Para que esta tecnología sirva a buenos propósitos, su implementación debe basarse en la confianza y el control democrático. De lo contrario, corremos el riesgo de que la crisis de hoy sea solo un preludio de lo que nos espera si una entidad no autorizada toma el control de las redes 5G y las cadenas de suministro. Pronto, toda nuestra economía se basará en esta tecnología y no podrá funcionar sin ella. No podemos permitir que caiga en manos de ciberdelincuentes, privados o estatales.

 

Para Polonia, debemos asegurarnos de protegernos de los riesgos y vulnerabilidades que surgen de los avances en 5G. Estamos comprometidos con un ecosistema 5G basado en la confianza, la base de cualquier sistema que lleve la información más privada de nuestros ciudadanos y los frutos de nuestra propiedad intelectual.

 

Al construir ese ecosistema, nos enfrentamos a una pregunta: ¿en quién confiamos? Las opciones son claras: en Europa, tenemos dos proveedores europeos de confianza, ambas empresas de clase mundial con prácticas comerciales transparentes basadas en el estado de derecho. Por otro lado, hay dos empresas controladas por un régimen autoritario. La seguridad tecnológica, al igual que la seguridad epidemiológica, es una dimensión crucial de la seguridad nacional. Los países deben poder controlar a los proveedores de tecnología para garantizar la seguridad, por lo que deben ser de países que respeten nuestros valores fundamentales: democracia, transparencia, derechos humanos y el estado de derecho. De lo contrario, nuestro control sobre ellos será ilusorio y la responsabilidad de la seguridad estará mal definida.

 

Nuestra alianza con Estados Unidos trajo prosperidad y paz a la Europa occidental de posguerra, y hasta el día de hoy brinda seguridad a casi todo nuestro continente. Mi gobierno cree que Europa necesita continuar esta alianza en una dimensión tecnológica, especialmente cuando se trata de la construcción de nuestra red 5G. Esta red pronto estará omnipresente y debemos mantenerla segura a toda costa. Para hacerlo, todos los empresarios europeos deben mantener líneas de producción limpias, libres de espionaje industrial potencial y a salvo de ataques que puedan interrumpir sus operaciones y dañar a toda la economía.

 

El realismo en la seguridad nacional es fundamental para construir un modelo justo de globalización en el que nuestros ciudadanos puedan confiar. Sin esta confianza, los fundamentos de la economía global podrían no solo tambalearse, sino colapsar. Hacemos un llamado a todos los países y compañías, especialmente a nuestros vecinos europeos, para que adopten un camino limpio de medidas nacionales sólidas para asegurar sus redes 5G. Al igual que en la seguridad epidemiológica, el realismo en la protección tecnológica es esencial para el mantenimiento a largo plazo de las reglas económicas del juego que nos servirán y nos salvarán a todos.

 

Mateusz Morawiecki es el Primer Ministro de Polonia