Palacio Lanús, casa de los arquitectos y diplomáticos
En el corazón de uno de los barrios más bellos de la Capital Federal se encuentra la sede de la Embajada de la República de Polonia en Buenos Aires.
En el corazón de uno de los barrios más bellos de la Capital Federal se encuentra la sede de la Embajada de la República de Polonia en Buenos Aires.
Palacio Lanús, donde hoy está ubicada la Embajada de Polonia en Buenos Aires, sigue siendo un monumento imponente de la época del esplendor de Argentina. Su estilo ecléctico, marcado con claras influencias de la arquitectura francesa, asombra con su fineza desde hace más de 100 años, creando un espacio excepcional para la promoción y charlas sobre Polonia.
La influencia
El palacio situado en la calle Alejandro María de Aguado es la casa de la diplomacia polaca en Argentina desde el año 1958. Debe su nombre a uno de los diseñadores del edificio, Eduardo María Lanús, quien vivió en el palacio junto con su esposa y sus dos hijos. Cuando la familia decidió mudarse, el edificio fue destinado para un hotel, hasta que fue comprado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Polonia.
La construcción fue edificada en el año 1912 a partir de los planos del francés René Sergent y la obra fue dirigida por, ya mencionado, Lanús y su socio Paul Hary, los arquitectos que desarrollaban sus proyectos en Buenos Aires en los años 1880-1930. Sergent, por más que nunca llegó a visitar la capital de Argentina, tuvo junto con Lanús y Hary una gran influencia en la arquitectura de esta ciudad. Además del edificio que acoge la Embajada de Polonia, realizaron también proyectos de otras construcciones en la capital que asombran hasta el día de hoy, como por ejemplo el monumental Palacio Bosch que actualmente es residencia del embajador de los Estados Unidos o el espectacular Palacio Errázuriz Alvear donde hoy se encuentra el Museo Nacional de Arte Decorativo. Lanús y Hary adaptaban cada uno de los planos originales a las condiciones locales y de esta manera, junto con Sergent, trasladaron una parte de la elegancia parisina a Buenos Aires.
Vale la pena destacar que ambos arquitectos se formaron fuera de las tierras argentinas: el primero se graduó en la Academia de Bellas Artes en Paris y el segundo en la Academia Real de Bellas Artes en Bruselas. Hay que remarcar que Paul Hary provenía de Francia y, como los otros inmigrantes, se estableció y proyectó su futuro en el país rioplatense. Ambos arquitectos recibieron numerosos premios por sus logros profesionales y ganaron un reconocimiento generalizado en Argentina. Entre otras conmemoraciones, en el año 1915 obtuvieron el premio de la Ciudad de Buenos Aires justamente por el proyecto de la fachada del edificio donde hoy en día está ubicada la Embajada de Polonia. En la pared frontal del palacio se puede apreciar una placa conmemorativa de esta prestigiosa distinción. Para muchos turistas y apasionados de la arquitectura que visitan la ciudad de Buenos Aires es una excusa perfecta para parar frente al Palacio Lanús y admirar sus formas espaciosas, los detalles y las cercanías de igual sutileza.
Pájarros y gatos
El palacio que está situado en la calle A. M. de Aguado puede ser considerado uno de los secretos mejor resguardados del pintoresco barrio Palermo Chico, un lugar diseñado por el arquitecto de paisaje Carlos Thays. Palermo Chico es una parte integral del barrio Palermo, uno de los sitios más turísticos y llenos de vida en Buenos Aires, repleto de grandes espacios verdes, parques y jardines. En esta parte de la ciudad se pueden apreciar los edificios que albergan otras embajadas, residencias de diplomáticos, casas de los representantes de la élite argentina y sedes de empresas. En las cercanías de la Embajada polaca se pueden encontrar también residencias de los embajadores de Bélgica, Italia, España, Grecia, Turquía y Uruguay, como también embajadas de países como Arabia Saudita, España, Indonesia, Canadá, Eslovaquia, Irán o Italia, por lo que la Embajada de Polonia está situada en mismísimo centro del mundo diplomático de Buenos Aires. A Palermo Chico se puede llegar a través de callecitas angostas e íntimas, cubiertas por las coronas de los árboles, que en la época de primavera se llenan de flores de muchos colores y durante todo el año albergan muchísimos pájaros y sus fieles observadores… ¡los gatos!
El edificio del Palacio Lanús despierta admiración por su clásica fachada, enriquecida por sus columnas corintias y finas balaustradas de hierro forjado. Toda la construcción representa el estilo ecléctico con influencias de la arquitectura francesa, estilo muy típico para aquella época. La casa se eleva en sus tres plantas y está terminada por una cubierta a la mansarda. Delante de la puerta de entrada se extiende el típico acceso de autos, también muy característico para aquel período. Por este motivo en el rejado del frente se encuentran dos portones, uno de acceso y otro de salida. A la izquierda del edificio podemos apreciar el pedestal con el busto de Ignacy Jan Paderewski, inaugurado en el año 2018 con el motivo del centenario de la independencia de Polonia. El autor del busto es el escultor Jorge Bianchi, nieto de inmigrantes polacos. El enrejado del lado de la calle frecuentemente se utiliza para exposiciones temporales que promocionan a Polonia y a los polacos en Argentina.
Mármol de Carrara, mármol de Bilbao
El interior del edificio, colmado de ricos detalles y combinaciones de la piedra preciosa con la madera, no se queda atrás respecto a su belleza. En el salón ovalado se puede apreciar una combinación poco común del mármol blanco de Carrara con el mármol rojo de Bilbao. Están alumbrados por las lámparas de techo originales. Sus campanas propician una luz muy delicada, casi misteriosa. En la planta baja se encuentran los salones representativos, el cuarto de música, la biblioteca y un comedor cubierto con machimbre de paneles de roble. En esta última sala los grandes reyes polacos, Henryk III Walezy, Jan II Kazimierz Waza y Stanisław August Poniatowski observan a las visitas desde sus retratos en las paredes. Los espacios representativos están recubiertos con pisos de mármol y madera, y abundan en ornamentos y molduras que son el tema central de todas las habitaciones. El palacio mantiene el ascensor original, el cual une todos los niveles de la casa, desde el sótano hasta el ático. Algunos claman que une también distintas dimensiones de tiempo… El palacio cuenta también con un jardín; desde la galería sostenida por elegantes columnas se puede apreciar la vista al jardín de estilo francés en el que uno rápidamente se olvida que se encuentra en el medio de la ruidosa ciudad de Buenos Aires. En este lugar también se organizan numerosos eventos con el fin de promocionar la razón de estado, la historia, los negocios y la cultura de Polonia entre los habitantes del país rioplatense.
El Palacio Lanús, donde se estableció la sede de la Embajada de Polonia en Buenos Aires, representa los años de magnificencia de Argentina y su era de bienestar y riqueza, como también destaca las influencias culturales y arquitectónicas provenientes de Europa, que sirvieron como fundamentos para construir a esta nación. Pese a las variadas corrientes arquitectónicas que sirvieron de inspiración para su construcción, el palacio representa el estilo de grandes residencias francesas de Buenos Aires, muy populares entre la clase alta del siglo XX. La arquitectura del palacio, independientemente a su estilo ecléctico, es muy congruente y pese a su majestuosidad que manifiesta tanto en el exterior como en sus interiores, cautiva con su sutileza y liviandad, enriqueciendo el paisaje de la capital de la cuna del tango. Sin duda es una casa realmente excepcional.
texto Karolina Kwaśny, fotos Sol Janik