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PROF. PIOTR GLIŃSKI: Marcos vacíos: las heridas sin cicatrizar de los museos polacos

13.11.2022

Viceprimer Ministro, Ministro de Cultura y Patrimonio Nacional.

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Desde mediados de septiembre, en los mayores museos de Polonia se exponen marcos vacíos. Se trata de una campaña informativa para recordar las obras de arte de las colecciones públicas, privadas y eclesiásticas polacas que se perdieron (robadas, destruidas) como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. El alcance de estas pérdidas es enorme. Se calcula que más de 516 000 obras de arte desaparecieron de sus colecciones como consecuencia de la guerra librada por Alemania y la Unión Soviética, y como resultado de los saqueos cometidos por estos invasores en el territorio de la República de Polonia dentro de sus fronteras de 1945. Ya en 1942, se estimaba que la pérdida de las existencias de los museos ascendía al 50 % de las existencias de antes de la guerra.

Por desgracia, muchas obras se han perdido irremediablemente. Fueron destruidas, sepultadas en las ruinas de los edificios bombardeados, quemadas a consecuencia de los incendios, dañadas por balas no siempre disparadas accidentalmente. Los marcos vacíos en los museos polacos son un símbolo del patrimonio perdido, pero también un signo de esperanza para el retorno de las obras de arte incautadas y exportadas ilegalmente, que siguen fuera de nuestro país.

No es casualidad que hayamos inaugurado la campaña “Marcos vacíos” en los museos polacos justo antes del próximo aniversario del ataque de la Unión Soviética a Polonia el 17 de septiembre de 1939. Con ello queremos recordar que la República de Polonia fue víctima de dos agresores: Alemania y la Rusia soviética. De todos los países que participaron en la Segunda Guerra Mundial, ocupados o combatientes, fue Polonia el que sufrió las mayores pérdidas, tanto en términos de víctimas (aproximadamente 6 millones de ciudadanos de la República perdieron la vida) como en términos de cultura y arte.

Los marcos vacíos han aparecido hasta ahora en 12 museos: los mayores museos nacionales, así como en instituciones regionales más pequeñas y museos de distrito. Unas placas y una señalización especialmente preparadas recuerdan las obras de arte y los objetos históricos saqueados de estos museos durante la Segunda Guerra Mundial por los invasores, procedentes tanto de occidente como de oriente. Como parte de la campaña, los visitantes también pueden ver los marcos vacíos originales que dejaron los objetos saqueados.

Hay muchos marcos de este tipo en los almacenes de los museos polacos. Son testigos mudos de las obras retiradas ilegalmente del territorio de la Polonia ocupada. Desde el principio de la guerra, los alemanes llevaron a cabo un saqueo planificado y sistemático de las colecciones públicas, privadas y eclesiásticas polacas. Estas colecciones fueron llevadas al interior del Reich o a depósitos especialmente preparados en la Baja Silesia y Pomerania. Los funcionarios alemanes utilizaban objetos del museo para decorar sus propias oficinas y viviendas. Sin embargo, no solo los alemanes se dedicaron al saqueo de bienes culturales polacos. Con el avance del frente oriental, las llamadas brigadas trofeo del Ejército Rojo entraron en Polonia. Se les encomendó la tarea de localizar y requisar cualquier objeto valioso del patrimonio material, obras de arte, colecciones de museos y archivos. Estas actividades se convirtieron rápidamente en burdos robos y ejercicios de devastación.

Los primeros registros de bienes culturales perdidos de las colecciones polacas fueron creados en septiembre de 1939. En muchos museos, el personal intentaba documentar de forma continua, en la medida de lo posible, qué objetos se llevaban y a dónde. La campaña de reivindicación, iniciada poco después de la guerra, permitió recuperar algunos de las reliquias saqueadas, pero esta campaña fue interrumpida en la década de 1950. Desde entonces y hasta principios de la década de 1990, la restitución de obras de arte no formó parte de la política oficial del estado. No fue hasta que se produjeron los cambios en el sistema político que se pudieron reanudar los casos de restitución. En 1992 se creó la base de datos de pérdidas de guerra, un registro nacional de los bienes culturales perdidos como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial en el territorio polaco. La base de datos, gestionada hasta el día de hoy por el Departamento de Restitución de Bienes Culturales del Ministerio de Cultura y Patrimonio Nacional, cuenta con más de 66 000 registros y sigue creciendo. Actualmente hay 130 casos de restitución pendientes gestionados por el ministerio de cultura polaco en 15 países. Gracias a las actividades de restitución del Ministerio de Cultura y Patrimonio Nacional de la República de Polonia, más de 600 objetos de gran valor han sido devueltos a sus colecciones de origen en los últimos años.

Los marcos vacíos que ahora se pueden ver en los museos polacos siguen esperando el regreso de “sus” obras de arte. No es raro que se conviertan en pruebas importantes en el proceso de restitución de un objeto robado. Las marcas de propiedad o las etiquetas de inventario de una determinada colección, adheridas al marco, que pueden corresponder al cuadro deseado incluso a partir de fotografías de archivo, suelen ayudar a confirmar la pertenencia de un cuadro a una colección de antes de la guerra.

Es el caso del lienzo Interior de la Catedral de Milán, de Marcin Zaleski, recuperado en 2019. El marco original del cuadro, realizado aproximadamente en 1840 y elegido por el propio artista, se conserva en la colección del Museo Nacional de Varsovia. Se identificó por el antiguo número de inventario situado en su parte trasera y por la placa con el nombre del artista colocada hace años en la parte delantera, en uno de los lados más cortos.

La pérdida de guerra polaca más famosa del mundo es un cuadro de la colección del Museo de los Príncipes Czartoryski de Cracovia: Retrato de joven de Rafael. También dejó un marco vacío, que puede verse todos los días expuesto en el museo de Cracovia. En la película de 2014 Monuments Men , dirigida por George Clooney, hay una escena en la que los alemanes que huyen liquidan uno de los depósitos de arte prendiendo fuego a los objetos allí almacenados. El cuadro Retrato de joven desaparece entre las llamas. Sin embargo, estamos convencidos de que en realidad no fue así. El estado polaco nunca dejará de buscar esta excepcional obra, así como el resto de bienes culturales incautados durante la Segunda Guerra Mundial. Nuestro objetivo es hacer que los marcos y vitrinas vacías de los museos polacos se llenen de obras de arte recuperadas.

Piotr Gliński

Texto publicado simultáneamente con la revista mensual de opinión Wszystko Co Najważniejsze [Lo Más Importante] en el marco del proyecto realizado con el Instituto de Memoria Nacional y la Fundación Nacional Polaca.

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