"Revolución petrolera empezó con los polacos" - artículo de Andrzej Krajewski, historiador polaco, publicista, popularizador de la ciencia
25.06.2021
La consolidación del petróleo como la materia energética más importante para la civilización no hubiera sido tan acelerada si no fuera por cuatro polacos perspicaces
Cuando se trata de los polacos Ignacy Łukasiewicz y Jan Zeh, viene a la mente el petróleo que descubrieron. Otro polaco, Witold Zglenicki, descubrió enormes yacimientos de petróleo cerca del mar Caspio. Por otro lado, Ignacy Mościcki no era solamente Presidente de Polonia antes de la Segunda Guerra Mundial, sino también un químico que se dedicaba a los abonos nitrogenados. Los logros de los polacos mencionados anteriormente tuvieron el mayor impacto en nuestra civilización –están relacionados con el nacimiento de la industria petrolera.
La gente estuvo en contacto con el petróleo durante miles de años en las zonas dónde este espontáneamente salía a la superficie de la tierra. Lo llamaban entonces el aceite de roca o de tierra. Sin embargo, su alta eficiencia como una fuente de energía se descubrió hasta 1852. Un joven polaco, licenciado en farmacia Ignacy Łukasiewicz, adquirió de Abrahama Schreiner, un vendedor judío, un par de botellas de aceite de roca y luego convenció a su amigo Jan Zeh que experimentaran juntos. En una farmacia de Lviv Pod Złotą Gwiazdą [Bajo la Estrella Dorada –N. del T.] donde trabajaban, crearon un destilador capaz de soportar la presión del petróleo calentado. Luego Łukasiewicz empezó a agregar al ungüento caliente distintas substancias. Al final después de haber mezclado el aceite de roca con el ácido sulfúrico y solución de sodio empezó a dividirse en fracciones. A la superficie emergió la gasolina inflamable, más abajo quedaron la nafta, luego aceites y grasas. Los siguientes estratos del líquido tenían diferentes propiedades y en la parte más inferior se asentó el asfalto.
Nuevos compuestos químicos procedentes del refinado de petróleo cambiaron el mundo. Antes de que eso ocurriera, los caminos de ambos farmaceutas se habían separado. Zeh tenía un talento para ser malcontento y Łukasiewicz cabeza para negocios. De la fracción del petróleo lo que más le interesó fue la nafta, pero las lámparas de aquel entonces resultaban totalmente inadaptadas a la temperatura y la velocidad de su combustión. Saliendo de la premisa que teniendo un nuevo producto hay que crear un nuevo mercado de venta, el farmaceuta mandó a su conocido hojalatero Andrzej Bratkowski hacer una lámpara ideal para la nafta. Esa fue creada en marzo de 1853 y después de varias décadas de éxitos la expulsaron del mercado las bombillas eléctricas. Sin embargo, la tecnología de refinado de petróleo resultó ser inmortal.
Gracias al petróleo el farmaceuta hizo su fortuna, creando refinerías en Galitzia. Łukasiewicz vio, aún antes de Johnem D. Rockefeller, que la mayor rentabilidad no la genera quien extrae el recurso, sino la empresa que los procesa y después distribuye. El polaco logró dominar el mercado europeo y en 1874 sus refinerías procesaban 21 mil toneladas de petróleo al año. Al mismo tiempo los constructores de los motores de combustión interna Nicolaus August Otto y Karl Benz descubrieron que el combustible más eficiente era la gasolina refinada con el método de Łukasiewicz. Eso generó una demanda creciente de ella.
En esa tendencia perfectamente se incorporó otro polaco Witold Zglenicki quien en 1891 se estableció en Bakú. Aquellos yacimientos petrolíferos los gestionaba la empresa de los hermanos Nobel para la que el geólogo polaco resultó un colaborador valioso. No solo sabía perfectamente buscar nuevos yacimientos, sino diseñó un aparato para medir la curvatura de pozos. Gracias a esta invención bajó significativamente el número de las explosiones no controladas y el de los incendios durante nuevas excavaciones.
Sin embargo, a Zglenicki lo que más le interesaba era cómo sacar el petróleo del fondo del mar Caspio. Desde 1896 estaba perfeccionando por eso el proyecto de la plataforma para perforación de pozos en las masas de agua. Su realización fue interrumpida en 1904 por la diabetes desarrollada instantáneamente por Zglenicki. Después de su muerte sus ideas les interesaron a los petroleros americanos. Hoy las plataformas petrolíferas marinas proveen de aprox. un tercio de la extracción mundial de petróleo.
La industria petrolea igual de intensamente usa la tecnología de la autoría de Ignacy Mościcki. Cuando el científico que gozaba con la fama de gran inventor (patentó 40 tecnologías innovadoras) se mudó de Suiza a Lviv, se puso en contacto con él el Instituto de Investigación Científica y Técnica Metan. La industria petrolera de Galitzia luchaba con el problema de contaminación de yacimientos por la salmuera penetrada en ellos. Miles de toneladas de petróleo contaminado, no apto para refinarlo, se derramaba en los ríos. Después de haber conocido el problema, en camino a su casa, a Mościcki se le ocurrió la solución. La tecnología se basaba en evaporar el petróleo que estaba bajo presión con una corriente de gases de combustión calentados o de aire caliente y luego licuación de diferentes fracciones. La primera línea tecnológica según el proyecto de Mościcki fue creada en 1921 en la refinería de Jedlicze. Al instante esta les interesó a los inversionistas estadounidenses y el patente de Mościcki llegó a EE. UU. Hoy son pocos que se recuerdan de ello. Al igual que sobre el inventor de las plataformas petrolíferas o el hecho de que el mayor logro de los farmaceutas de la farmacia Bajo la Estrella Dorada no fue la lámpara de queroseno.
Andrzej Krajewski
Texto publicado simultáneamente con la revista mensual de opinión Wszystko Co Najważniejsze [Lo Más Importante] en el marco del proyecto realizado con el Instituto de Memoria Nacional y el Banco Nacional de Polonia, Narodowy Bank Polski (NBP)